Es una relación entre miembros de dos especies que beneficia a ambos. Gracias a esta relación, los individuos de ambas especies mejoran la supervivencia, el desarrollo o la reproducción, y ninguna de ellas puede sobrevivir en condiciones naturales sin la otra. Es de acotar, que las pruebas indican que esta interacción suele ser una explotación recíproca en lugar de un esfuerzo de cooperación entre individuos; parecen haberse desarrollado varios ejemplos de relaciones mutualistas de la interacción entre especies que anteriormente reflejaban interacciones hospedador parásito o depredador presa.
Los ejemplos más importantes en mutualismo se desarrollan entre autótrofos y heterótrofos, lo cual no resulta sorprendente, puesto que estos dos componentes del ecosistema deben alcanzar en último término algún tipo de simbiosis balanceada. Los ejemplos que podrían llamarse mutualismo van más allá de interdependencia general de la comunidad hasta el grado en que un tipo específico de heterótrofo queda totalmente dependiente de otro tipo específico de autótrofo para obtener alimento, y este último se hace dependiente de la protección, reciclado de minerales o alguna otra función vital suministrada por el heterótrofo.
El mutualismo también es común entre microorganismos que pueden digerir la celulosa (y otros residuos resistentes de las plantas), y los animales que no tienen los sistemas enzimáticos necesarios para este fin.
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